lunes, 5 de septiembre de 2011

Y SERÁS CANCIÓN.





Y Serás Canción.

Saga x Mu.



Esta noche la Luna silba

Una melodía de luz

Las estrellas hoy tienen

Forma de Clave de Sol…



Luces y fuegos artificiales inundaron el escenario. El público, embravecido, gritaba el nombre de su grupo favorito: ¡Sanctuary! ¡Sanctuary!, mientras que los integrantes tomaban su lugar para una noche inolvidable. El primer acorde, una guitarra distorsionada y, a continuación, la voz grave cantando armoniosamente. Batería, coros y bases se unieron a tan acoplados arpegios. Un juego de colores que incitaban a entregar el cuerpo y el alma entera…



Pero algo inesperado surgió. La voz que ambientaba dejó de cantar. El coro retomó la melodía oyéndose a lo lejos y la guitarra solista gritó:

-¿Qué te sucede? ¡Sigue cantando! ¡Vamos, no nos puedes dejar así!



Pero la voz no le escuchaba. Había perdido contra un doloroso recuerdo. Había perdido contra el llanto brotando de su garganta. Había perdido contra la emoción del público…le recordaba tanto a él…una guitarra capaz de regalar felicidad donde nunca hubo… con un sentimiento que no podía existir en su larga carrera de Rock…



A la voz le restó improvisar para salvarse del abismo que había producido levantando el micrófono a lo alto y extenderlo al público... Entonando las letras que se sabían de memoria como un mantra. Creando una conexión única entre la banda y ellos. Originando un sentimiento de felicidad a la abatida voz cuando todos le sonreían. Conteniendo las lágrimas que brotaban de sus ojos, retomó la canción hasta finalizarla y seguir, olvidándose del recuerdo…

Canta el viento, susurra estrofas

Un búho hace de director

Una orquesta hecha de sueños

De magia y un adiós…



-¡¿Qué demonios fue lo que te ocurrió allá arriba?!

-Nada… Me ganó la emoción… es todo…



Frente al espejo limpiándose el sudor, Saga giró su vista a su compañero de grupo, Milo. No podía confesarle que estaba enamorado de un hombre. No lo entendería. No se había visto nada igual en la historia del Metal. Ese sentimiento lo dejaría en el olvido, en su caja de recuerdos que no quería recordar. Eso y nada más…



-Cálmate, Milo… -la voz de Kanon interrumpió la discusión, mientras limpiaba su guitarra tranquilamente. Milo lo volteó a ver con gesto de asombro, pero el gemelo menor seguía en su faena de dejarla reluciente. –De todos modos, ya que estamos aquí reunidos, tenemos que reclutar a un guitarrista más…

-Sí, claro… todo sea en nombre de la banda ¿No? –espetó Milo sentándose de golpe en el sillón.

-Vamos, Milo. –pidió Aioria girando sus baquetas con extrema habilidad y tranquilizando al joven guitarrista. –No te enojes y disfruta del éxito… según vi, todos los boletos se agotaron…

-Exacto. –Se unió el bajista, Death Mask. –así que no empieces con tu misma cantaleta de que “nos adelantamos o no te esperamos”. Es molesto.

-No sabía que mis comentarios constructivos te molestaran, Death Mask… -opinó Milo de nueva cuenta, pero Shura, una de las voces coristas, le dio una palmada en el hombro:

-Ya, Milo. Esta noche fue un éxito…



Milo iba a responder, pero Saga se levantó del asiento y con voz desconsolada les expresó:

-Sí, sería un éxito si Shaka hubiera estado con nosotros… pero ahora…



Permanecieron en silencio largo rato. Shaka, el nombre del músico que había muerto de un balazo por un fanático. Aquél ser que antes hacía llorar a sus fans con los acordes de su guitarra solista. Una persona reservada que no daba a la prensa comentarios algunos. El elemento para lograr la perfección de sus canciones, cuyas letras embonaban con sus arpegios y variaciones. Los demás lo recordaban como un buen amigo, pero Saga como un amor imposible del que jamás sabrían los demás…



Sin esperar comentario alguno de sus compañeros, salió del camerino, pese a los gritos de Milo. Cerró la puerta y se recargó, deslizándose por ella hasta llegar al suelo y cubrir, derrotado, su rostro con largos mechones de cabello azulino. Gritó su nombre muchas veces produciendo el silencio fúnebre que lo acompañaba después…



Llora una guitarra sola en un rincón

Le faltan tus dedos, tu calor

Un arpegio jura que tu alma echó a volar

En la eternidad te esperan…



A la mañana siguiente de concierto, el manager de la banda más famosa de Europa, Sanctuary, convocó a una reunión con los miembros del grupo en la sala de juntas. Todos se sentaron a escuchar el gran éxito producido. Todos, excepto uno: Saga.



Bien, quiero comunicarles a todos ustedes que el número de boletos de su concierto rebasó las locaciones… Han hecho un buen trabajo, muchachos… ¿Tienen alguna petición? ¿Un nuevo álbum? ¿Vacaciones? ¿Próximos videos promocionales?

–Hemos estado pensando mucho esto y me atrevo a pedir que… -el suspenso que provocó Shura, hizo sudar frío al manager por un segundo. No quería que la banda se separara. Eso no sería bueno en los negocios. –… que haya un nuevo guitarrista dentro de la banda, Shion.

– ¿Cómo? ¿Después de la muerte de Shaka?

-Sí. El Show tiene que continuar… –fue la respuesta de Milo. Tal vez así Saga podría superar la pérdida tan grande de su compañero. Para Shion, la petición era inaudita. Ningún grupo de Metal le había propuesto semejante acción. Suspiró hondo y finalmente accedió.



-Está bien, chicos. Si quieren un nuevo guitarrista, lanzaré la convocatoria. Solo espero que Saga también esté de acuerdo…

-Saga, en este momento, no está en posición de decidirlo. Nosotros tenemos que cargar con la responsabilidad. –Dijo Kanon tristemente. Los demás asintieron y Shion se levantó del asiento para dictaminar su acuerdo:

-Muy bien. Ustedes sabrán cómo arreglárselas con Saga. Por lo pronto, les conseguiré ese guitarrista que desean, pero bajo la condición de que el mismo Saga acepte al nuevo integrante. Es lo único que quiero, ¿Entendieron?

-De acuerdo. –Respondió al unísono la banda, pese a que su líder se encontraba en un rincón sufriendo la pérdida de su platónico ideal...



Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y un verso hablará de ti

Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y tu alma hoy será mi voz…



-Disculpe, ¿Aquí son las instalaciones de Sanctuary?

-Sí, ¿Desea algo?

-Vengo por la Convocatoria para el nuevo guitarrista de la banda…



La guitarra, en la espalda; el cabello, amarrado; los ojos, llenos de esperanza. El chico fue pasado a uno de los estudios de grabación, pero se encontró con otra docena de personas que audicionaban para el puesto. Algunos, sentados en el sofá, afinaban sus cuerdas y otros, con las guitarras colocadas, pisaban los trastes ensayando la canción una y otra vez.



Uno a uno, fueron pasando a la sala insonora dejando solo a uno, el último. Su padre le había indicado la hora y la fecha para tan grande audición, por lo que asistió al igual que los otros. Había sobresalido como solista y cantautor, mas había llegado el momento en que sería parte de una banda de Metal.



-No debe ser tan difícil, ¿Verdad? –le decía a su negra guitarra eléctrica, pero fue interrumpido por el famoso guitarrista Milo Antares.



-Oye, tú, ¿Cuál es tu nombre? –preguntó el griego. El joven sonrió nervioso y cuando estuvo a punto de decirle su nombre, Milo lo interrumpió impaciente haciéndole un gesto con la mano. –No importa ahora. Acompáñame…



Los dos caminaban por el pasillo hasta detenerse en una de las puertas e indicarle que entrara. Al abrir, el chico se maravilló por el acondicionamiento del estudio. La puerta fue cerrada en cuanto ingresó y, sin más pérdida de tiempo, se sentó frente al micrófono, conectó su guitarra al pedal y éste al amplificador colocándose los audífonos y esperar las debidas instrucciones.



-Bien, quiero que toques lo que te sepas… -le ordenó una voz grave desde el otro lado del estudio. El joven asintió:

-También me sé la letra, ¿Quieren que la cante? –preguntó el chico, emocionado. Al recibir la respuesta deseada, suspiró fuertemente y comenzó a tocar. –“Y Serás Canción” de Big Simón Band… -Se concentró en los sentimientos que le producía ejecutarla y los trasladó a la guitarra. Abrió los ojos y descubrió que toda la banda, además de su padre, estaba reunida escuchando el inicio. Llegó el turno de la voz, moderándola hasta embonarla con la voz original. Tuvo que cerrar los ojos para concentrarse en el solo de guitarra. Prolongó su final con la uña y su dedo apoyado en la cuerda produciendo el sonido característico del Metal.



Al finalizar, todos entraron al estudio felicitando al joven músico por tan excelente cover. Pero sólo se limitó a quitarse los audífonos y dejar la guitarra a un lado mientras escuchaba las ovaciones de los demás integrantes.



-¡Es lo más loco que he oído! –Exclamaba Aioria, mejor conocido como “El León de la Batería”

-¡Casi como si estuviera escuchando a Big Simón! –decía Shura asintiendo con la cabeza. El chico había alcanzado la felicidad completa y se atrevió a decir:

-Entonces, ¿Estoy en la banda?



Todos permanecieron en silencio. Ese día no había llegado Saga para oírlo tocar y no sabían qué decirle. Pero, entre la multitud, hubo alguien que se había maravillado con su actuación, por lo que rápidamente apareció en escena. Se acercó al joven con el ceño fruncido para sorpresa de todos.



-¿Cómo te llamas? –preguntó.

-Mu Wang…



El desconocido le tendió la mano observando su rostro: dos puntos en la frente, esmeraldas por ojos, tersa piel blanca, cascadas de cabello lila… Un sueño, tal vez… Algo que le permitía recuperar alegrías y tristezas que otro ser le había dado. Conforme con las nuevas sensaciones, sonrió como en mucho tiempo no lo hacía y selló para siempre el pacto de ofrecerle esperanzas:

-Bienvenido a Sanctuary, Mu…



Esta noche Cielo e Infierno

Esperan a que llegues tú

Busca un productor Satanás

Para su oscura banda de Metal…



-¿Qué sucede, Mu? ¿Por qué no tocas?

-No se oye bien… hay que cambiar la escala árabe y una pentatónica…



Después de dos horas de ensayos, en los que su manager, Shion, les había prohibido cerveza, ya estaban hartos. No era por la letra, sino por la música. Mu se la había pasado cambiando el contexto, poniendo furioso a Death Mask. Kanon no se molestaba en lo absoluto, comprendiendo lo que el “nuevo” proponía. Para Aioria, la situación ya lo ponía tenso. No era fastidio, pero había sido muy paciente para repetir la canción innumerables veces.



-¡Con un carajo, Mu! ¿Nos vas a seguir interrumpiendo o qué? –Death Mask había elevado el tono de voz dirigiéndose al novato, pero éste respondió tranquilo:

-Te interrumpo porque no se oye bien… las cosas no salen a la primera, ¿Sabes?

-¡Claro que no, imbécil! ¿Sabes cuánto tiempo nos llevó aprendérnosla? ¡Semanas! ¿Sabes lo que eso significa?

-Lo sé perfectamente, Death…

-¡¿Entonces si ya lo sabes…?!

-¡Tiempo fuera! –interrumpió con voz cansina Saga apagando el amplificador y dejó el micrófono en el tripie. Los demás agradecieron en silencio mientras que Shura trataba de calmar a Death Mask. –Estamos muy alterados ahora. Cinco minutos y lo intentamos de nuevo, ¿Está bien?

-Bien. –exclamó el resto. Death Mask se limitó a desfundarse su bajo y suspirar molesto. Poco a poco se fueron dispersando y Mu tomó asiento en una silla. Se frotó los dedos estirando sus brazos para quitarse el molesto dolor de sus hombros. Fue cuando Shura le lanzó una botella de agua y se sentó junto a él.



-Desconocía que erais el hijo de Shion, nuestro manager, Mu.

-Pues yo desconocía que él fuera su manager, ja, ja…

-Según me dijo Shion, vos eráis cantautor antes de hacer audición…

-Pues sí… era, pero decidí intentar entrar a una banda. Nunca creí que era tan difícil. –el sonrojo en Mu se presentó en su rostro, pero Shura suspiró recargándose en el respaldo de la silla:

-Death Mask lo hace difícil. Aunque no lo creas, es muy bueno en los solos de bajo.

-Lo sé, pero pienso que no le gusta a dónde va el ritmo de esta nueva canción…

-El único problema con él es que no propone nada, ¿No crees?

-¡Te oí, maldito chivo! –gritó Death desde su lugar. Shura sólo se levantó del asiento y movió su mano teatral.



-Dime como quieras, no me molesta…

-Pues yo no… -el bajista se interrumpió debido a que el sonido de su celular avisaba que tenía una nueva llamada. Con cansina voz, descolgó poniendo el altavoz:

-Diga…

-¡Death, amor! ¿Cuándo vas a llegar a casa?

-Estamos componiendo una canción. No creo llegar temprano, Dite…

-¡¿Por qué?! Dijiste que llegando iríamos a cenar…

-Lo sé, pero tengo trabajo…

-Bueno, cuando salgas me avisas, ¿Si?

-Está bien…



Colgó. Mu permaneció con la boca abierta. Jamás creyó que Death fuera…



-¿Cómo es posible que Death es…? -preguntó Mu sorprendido al corista.

-¿Gay? –completó Shura con la risa en los labios al ver al rostro de incertidumbre del nuevo. –Sí, increíble, ¿Verdad? Nuestro bajista, el temible Death Mask… gay… así pasan las cosas…

-¡Terminó el tiempo! Vamos a terminar la rola. –dictaminó Saga entrando al estudio.



Todos se colocaron en su posición y Aioria sonó las baquetas a tres tiempos. Tanto Death como Milo empezaron su actuación mientras que el último cambiaba su mezcladora de pié con extrema habilidad. Saga tomó el micrófono y emitió unas cuantas frases para dar paso a la batería y guitarras de Mu y Kanon. Shura cantaba las partes que Saga le permitía iniciando una conversación musical. Aioria incrementó sus percusiones mientras que Death ejecutaba su solo de bajo; Kanon se integró al sonido con acordes distorsionados y entró Mu con su inseparable guitarra negra.



Tenía razón, las escalas árabes sí que embonaban haciendo la canción más oscura y misteriosa. Cuando terminó su solo, todos se unieron en las bizarras armonías que poseía el género metal. Milo, por primera vez en los ensayos, sintió que la canción era perfecta. Saga alargaba su voz hasta que Shura se unió y los dos terminaron su actuación. Aioria alargó un poco la canción hasta que finalizó golpeando sus platillos, emocionado y agradecido que por fin saliera la complicada rola...



Dios ha puesto precio a tu oído

Para enseñar a un ángel nuevo a cantar

Y el tercer pringao en discordia, Buda

Puja por tener tu paz y humildad…



―Gracias por la cerveza, Saga…

―No hay de qué. Pide lo que gustes, Mu.



Después del ensayo, Saga había invitado a Mu a uno de los bares cercanos al estudio de grabación. El lugar era simplemente acogedor. Toda la estancia estaba tenuemente iluminada por escarlatas y ocres mortecinos; la barra, en donde se encontraban bebiendo, de un café oscuro; las mesas alrededor del pequeño escenario donde tocaba un grupo de rock, alumbrada por el añil brillante de las luces de la tarima azabache. El personal atendía las peticiones de sus clientes con suma rapidez. Como la mayoría de los empleados conocían a Saga, no fueron molestados durante su estadía.



El gemelo de Saga, Kanon, le había dicho que tenía ganas de estar solo y que lo esperaba en el apartamento que compartían. Para Mu no fue problema alguno aceptar la invitación pues vivía solo. Quería conocer a su nuevo compañero de trabajo… que no lo tomaba como tal, sino como un placer de los mismos dioses del Olimpo…



―Y dime, Mu, ¿Tienes novia? ―preguntó Saga bebiendo su tarro hasta el fondo.

―No. Ningún compromiso… ¿Y tú?

―Pues… ―la vista se vio nublada por inesperadas lágrimas. Mu lo alentó tomándole del hombro y le sonrió. En ese momento, el griego supo que un ángel lo había tranquilizado y carraspeó para quitarse el molesto nudo de la garganta. Quería contarle todo cuanto le fuera importante, así que le confesó. ―No, pero… sé que te sonará raro… me gustaba un compañero…―desvió la mirada posando su mejilla en la palma de la mano. ― Uno que ya se fue…

―Es Shaka, ¿Cierto?

― ¿Cómo lo sabes? Es decir… yo jamás comenté nada al respecto… ―aquel balbuceo hizo reír bajito a Mu, quien lo miró con ternura:

―Tú mismo lo has confirmado… ―tomó un trago y miró al techo, contento. ―Pero no está mal enamorarse de un hombre, Saga…

― ¿Cómo? No te entiendo. ―el griego quedó sorprendido por el comentario de su nuevo integrante.

―Sí. ―giró su vista a las esmeraldas curiosas de Saga. ―Mientras lo ames de verdad, ¿Qué importa si es hombre o mujer? Además, los antiguos griegos lo permitían, ¿No?

―Desde luego, qué importa… ―su mirada se ensombreció un instante.―De todas maneras, él ya está muerto, ¿Qué más da?

―Vamos… ―lo animó el pelilila. ―No te pongas así. Lo único que debes hacer es seguir adelante y superarlo.

―Pensaré en lo que dices… aunque me va a costar trabajo…



El silencio reinó entre los dos. Pero no era uno aplastante, sino amable y lleno de esperanza. ¿Acaso el medio que decía Mu era enamorarse de él? Aquello era una locura. Nadie podría igualar a Shaka, pero… sí hacerlo feliz y compartir con Saga otra clase de amor que no fuera platónico… el mismo que sentía por un fallecido…



Cuando Mu terminó de beber su último trago, el griego le propuso algo para alegrar la noche y hacer un recuerdo inolvidable:

―Mu, ¿Podrías cantar aquí “Y Serás Canción”? ―las mejillas se le tiñeron de carmín.―Es que… la única vez que te oí cantar fue en la selección…

―Claro que sí. ―respondió el tibetano tomando su guitarra. Inmediatamente, Saga caminó hacia el escenario pidiendo la palabra a la banda que se encontraba ahí y le susurró al vocalista su idea. El chico sonrió y asintió para decirle a su público:

―Bien, esta noche tenemos entre nosotros a algunos integrantes de la famosa banda Sanctuary y nos han pedido que hagamos un palomazo, ¿Están de acuerdo?



El público vitoreó a la banda presente y Mu saltó al escenario para recibir las ovaciones de los espectadores. Conectó su guitarra al amplificador y mezcladora para dar una señal de inicio. A la cuenta de cuatro, en la que el baterista efectuaba con las baquetas, los integrantes de la banda siguieron la melodía que Mu ejecutaba con facilidad. La batería hacía vibrar todo el bar marcando los compases y las guitarras se rindieron ante el sonido limpio del pelilila. Cuando llegó el turno de la voz, tanto el vocalista como el invitado entonaron a la perfección los versos de la canción haciendo gritar de emoción al resto...



Saga oía con avidez la letra y la comprendía, ya que Shura le había enseñado castellano para cantarla en el lenguaje original. Le producía una sensación de alegría y no esperó un minuto más para acompañar al coro. El público se estremeció al ver al vocalista entre ese grupo amateur y gritó con más fuerza. Los chicos de la banda decidieron dejarlo cantar una estrofa, por lo que Saga inició una catarsis de emociones… su dolor se transmitía en la garganta y la transformaba en sonidos melódicos… de pronto se sentía… bien consigo mismo… tanto que dejaba su pesada carga de culpa en ese escenario…



Volteó hacia Mu y descubrió que brillaba más intenso que nunca, ¿Así sería en los conciertos a partir de ese día? Suponía que sí. Comenzó a llenarse de esa luminosidad que le transmitía el tibetano y pateó lejos el sufrimiento que lo tenía preso. Sí, nadie podría igualar a Shaka, pero había alguien que podría darle la paz y el amor que él necesitaba tras su pérdida…



Llora una guitarra, llora en un rincón

Le faltan tus dedos, tu calor

Un arpegio jura que tu alma echó a volar

En la eternidad te esperan…



En el dintel del departamento, se hallaba Mu abriendo la puerta para ingresar y darse un merecido descanso después del concierto improvisado. Tras cerrar la puerta, dejó a un lado su guitarra en el soporte para ella y caminó a la contestadora oyendo los mensajes que dejaron tras su ausencia. Aventó las llaves en la mesa de centro y se sentó en el sillón que lo esperaba cada día. La mayoría de los mensajes eran de promotores que le pedían una cita y otros tantos de mercadotecnia. Al oír de qué asunto se trataba, Mu llevaba sus glaucos orbes al techo por el hastío que provocaban.



Siguió escuchando con fastidio al levantarse del sofá y, cuando estuvo a punto de borrar los mensajes, oyó uno que le causó, involuntariamente, un vuelco a su corazón:

―Hola, Mu… habla Saga… te hablo para decirte que si podrías presentarte mañana en el estudio…



Rápidamente descolgó el auricular y contestó. Jamás en su vida había hecho algo tan impulsivo y aún con la impresión de su inconsciente habló:

― ¿Bueno?

Hola, Mu, ¡Qué bueno que contestas!

―Sí, es que acabo de llegar a mi apartamento, ¿Sucede algo? ―preguntó con preocupación, pero Saga rió por el tono de voz:

No, pero se me olvidó decirte que tienes que ir mañana al estudio. Vamos a anunciarles a los medios de comunicación sobre tu integración al grupo.

Está bien. Mañana sin falta estaré ahí…

Bueno, nos vemos mañana. ―colgó.



El pelilila colocó el auricular en su lugar y borró todos los mensajes de voz. Pensó un momento en lo que dijo Saga y una euforia brotó de su mente trasladándola por todo su cuerpo. ¡Estaba en la banda más importante de Europa y todos los sabrían! Aquella emoción no se comparaba con toda la carrera de solista que llevaba, era más grande y lo sabía.



Para calmarse un poco, entró a su baño y fue despojándose de la ropa poco a poco. Sin embargo, su corazón seguía latiendo estrepitoso sin poder relajarse como deseaba. Algo le hacía estremecerse y no precisamente la noticia. El sólo recordar su tono de voz tan amable y su perlada sonrisa de aquellos delgados labios, le producían espasmos inundando su cuerpo. Si aquello que le aconsejó resultaba, ¿Se acercaría a él? ¿Cómo lo tomaría Saga? Prefirió apartar aquellas preguntas sacudiendo la cabeza y dejando que la regadera le mojase el cuero capilar.



Al terminarse de bañar, salió de la neblinosa habitación con la bata cubriendo su desnudez para caminar descalzo por la duela hasta su habitación. Una vez que se colocó el pants y una playera negra, peinó su cabello con cuidado mientras asimilaba la nueva información que su cerebro le confirmaba. Mu apenas lo conocía y ya estaba pensando en el futuro incierto. Lo admitía: tenía miedo al rechazo… pero, ¿Acaso estaba enamorado de él? ¿Qué pasaría si todo ese profundo sentimiento se convirtiera en platónico? ¿Lo aceptaría con sincera resignación?



La respuesta de la última interrogación era No. No podía darse por vencido sin intentarlo siquiera una vez. Saga le gustaba, eso lo tenía definido, pero… ¿No era demasiado pronto como para desarrollar un sentimiento tan profundo como ese? Jamás se había enamorado así de alguien. Siempre lo veía como una emoción intensa en la que se debía dar todo de sí, pero… no estaba consciente del dolor que eso le acarrearía…



Dejó todo eso como una oportunidad de saber a fondo sobre la marcha…



Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y un verso hablará de ti

Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y tu alma hoy será mi voz…



―Saga, ¿Es cierto que ya declaró la banda en contra del fanático que ultimó a Shaka?

― ¿Y qué me dicen del luto? ¿Cuánto tiempo planean mantenerlo?

―Shion, por favor indícanos si va a seguir la gira que quedó pendiente o si se van separar en la cima de su carrera…



Un sinnúmero de luces producidas bajo las cámaras fotográficas aturdían las pupilas de la banda sentada frente a ellos. Shion, que tomaba el micrófono de la mesa, hacía una seña para apaciguar a los citados reporteros para una conferencia de prensa. Una vez que hubo sólo murmullos, el manager habló lentamente apoyando sus palmas en la mesa:

―Ante todo, quiero dar, en nombre de Sanctuary, mi más sentido pésame por el fallecimiento de nuestro compañero y amigo Shaka. Las autoridades correspondientes ya están tomando cartas en el asunto y ya hemos rendido nuestra declaración en contra del fanático, así que sólo esperamos el veredicto del juez para confinar al responsable… El luto que llevamos siempre estará presente en nosotros, pero, como dice un sabio, el Show tiene que continuar…



Los susurros de los corresponsales se transformaron en signos de sorpresa. Los miembros de la banda permanecían impasibles ante las palabras de su mánager. Éste se interrumpió para tomar de un vaso el líquido vital y continuó a pesar de los crecientes tonos de voz:

―Hemos decidido continuar con nuestra gira por Europa y, sólo esto funciona gracias al profesionalismo de la banda ante el terrible incidente que nos separó de Shaka… Los convoqué en estas instalaciones para presentar a un grupo renovado y a su nuevo integrante…

― ¿A qué se refiere, Shion? ¿La banda ha decidido que cambiará de nombre? ―preguntó una chica de morena piel. Shion se limitó a negar con la cabeza:

―No. Sabemos que para nuestros fans, Shaka fue y será un miembro importante dentro de Sanctuary, pero, como dije antes, el Show tiene que continuar… démosle un gran aplauso y su bienvenida a Mu Wang…



Los flashes no se hicieron esperar, al igual que los aplausos cuando Mu se presentó al lado de su padre y los demás se levantaron sonriendo. La prensa quedó pasmada por tal recibimiento y una reportera preguntó escéptica:

―Mu Wang es su hijo, ¿Cierto, Shion?

―Es verdad que es mi hijo, pero la banda lo ha elegido como guitarra solista para continuar lo que Shaka dejó…

― ¿Todos fueron o solamente usted? ―inquirió la joven. A lo que Saga tomó la palabra haciendo callar a los reporteros:

―Para responder su pregunta, ignorábamos por completo el parentesco con nuestro mánager y, después de una rigurosa selección, decidimos que sería parte del grupo…

―Tengo entendido que Mu es un cantautor solista, ¿Por qué decidió unirse y hacer audición como los demás? ―insistió la chica. Mu tomó el micrófono y le regaló una sonrisa amable. Anteriormente ya había lidiado con ese tipo de preguntas, por lo que respondió templado:

―Bueno, para serles sincero, siempre soñé con formar parte en una banda de metal y, ahora que lo he conseguido, pienso rendirle homenaje a uno de mis ídolos de la mejor manera que sé hacer: tocar una canción en su honor…



Ante la contestación tan llena de esperanza, los reporteros aplaudieron e incluso, se levantaron de sus asientos. Siempre habían tenido buenas críticas con el joven músico y se percataron que no había perdido su humildad y honestidad. Dieron por terminada la rueda de prensa ellos mismos y se retiraron con alegría. Si Mu era el elegido por la banda, no tendrían que recurrir a calumnias ni chismes. Jamás se había visto con ningún grupo tal hazaña y lo agradecieron en silencio…



En cada concierto, en cada canción

Siempre habrá un trocito de ti, Simón

Todos somos uno, todos somos tu voz

Que eso continúe hoy…



Después de la conferencia, el grupo Sanctuary volaba por territorio europeo dirigiéndose a su próximo destino de gira. En el avión, Shion platicaba animado con el productor en un apartado de negocios mientras que los músicos yacían en silencio total. Shura tenía sobre sus piernas una laptop; a su lado, Aioria jugaba con sus inseparables baquetas mirando por las ventanillas de jet; Death Mask miraba por la ventana bebiendo una lata de cerveza, distraído; Kanon leía una revista de Rock tan entrado en el tema principal, ellos; su hermano, Saga, platicaba con Mu, quien se reía de sus comentarios tan graciosos. Sí, todo iba maravillosamente tranquilo hasta que Shura hizo una pregunta incómoda a Death Mask…



― ¿Y qué tal le va a Dite con su próxima película porno?

― ¡¿Qué?! ―Death estuvo a punto de rociar el líquido en la cara de Kanon. Todo el mundo se vio envuelto en el silencio que Shura había creado. El italiano se cruzó de brazos fingiendo indiferencia, a pesar que deseaba despellejar vivo al de ojos moros.



― ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo, Shura? Aphrodite JAMÁS ha participado en ese tipo de películas…

― Pues en sus inicios participó en una, ¿Recuerdas, Death? ―se burló el madrileño.

―Eso no era porno. Se llama corte Erótico y era italiana…

― ¿Ahora se llama así? No lo sabía. ―sonrió y se dirigió a Aioria con sorna. ― ¿Qué dices, Aiory? Cuando acabemos con la gira, te invito a mi casa para ver una película “Erótica”…

―Claro. ―contestó con indiferencia “El León de la Batería”. La estruendosa carcajada de Shura provocó desesperación en Death Mask, hasta que Milo interfirió en la discusión:

―No te pongas así, Death. Sabemos que Shura es un enfermo sexual y…

―…Un enfermo que ha visto todas las actuaciones de Aphrodite en pelis porno… ―interrumpió el español. Milo continuó sin oír su comentario:

―…Y por lo que he investigado, en toda su carrera no ha hecho semejante cosa…

―Eso ya lo sé, Milo. No tienes por qué decirme eso… ―le reiteró Death Mask pasando su mano derecha por su azulino cabello.



―Yo también he visto todas sus películas y no creo que ande por ahí una apócrifa perdida en las tiendas de comercio sexual. ―secundó Kanon lamiendo la punta de su índice para pasar a la siguiente página.

―Eso lo tengo claro…

― ¡Ya la encontré! ―vociferó Shura emocionado. Aioria se levantó del asiento para echarle un vistazo al equipo de cómputo y abrió la boca sin decir palabra alguna. Kanon, al percatarse que Aioria se comportaba de una forma no acostumbrada, dejó la revista a un lado y preguntó lleno de curiosidad:

― ¿Qué sucede? ¿Ahora qué viste? ―el español se lamió los labios sin dejar de observar con detenimiento la pantalla. El gemelo menor se palmeó la frente y rodó los ojos al techo del avión. ― ¡Claro! Pero si estás buscando tu vicio, ¿Verdad, degenerado español?

― ¿Qué? Sólo estoy viendo la peli porno que el afamado actor Aphrodite De Reynold protagonizó…

― ¡¿QUÉ?! ―gritó el italiano ya desesperado. ― ¡Dame esa computadora AHORA MISMO!



Death Mask se aproximó hasta el español, quien al verlo en el estado de alteración máximo que puede soportar un hombre, cerró su laptop y se la entregó a Aioria para correr en dirección opuesta del italiano. Sorprendido, el león observaba la expresión de ira en su compañero y sonrió abriendo de nueva cuenta el equipo. Lo que descubrió, le hizo reír a carcajadas, primero por el contenido del video y, segunda por el berrinche que efectuaba Death.



Kanon, ya muerto de la curiosidad, dejó la revista a un lado y se incorporó para ver de lo que Aioria se burlaba. Al percatarse de los sonidos del video, abrió la boca sin poder creer que por eso habían armado tanto escándalo. Milo, a su vez, se acercó y se llevó las manos a la cara definiendo que Shura podía darse por muerto.



Tanto Saga como Mu pararon la plática por unos segundos para saber el motivo por el cual el italiano intentaba atrapar al madrileño. Saga preguntó:

― ¿Qué se supone que están viendo?

―Es sólo una de las tantas pelis porno de Shura en las que un sujeto se parece a Aphrodite, nada más… ―Respondió Aioria cerrando la laptop. Saga subió una ceja.



―Creo que es mejor que le digas a Death Mask eso antes de quedarnos sin coros pronto. ―dijo Milo al ver que Death había atrapado a Shura y lo ahorcaba en un ataque de celos enfermizos.



Mu, después de notar las caras de preocupación de sus compañeros, se tapó los labios para intentar silenciar su risa, aunque sabía que eso sería imposible. Cuando ya no pudo más, soltó una carajada limpia que desconcertó a todos. Las lágrimas brotaban de sus orbes y su pecho subía estrepitoso sin poder contenerlo. Saga también se unió a tan graciosa forma de expresión y pararon en cuanto Death Mask se acercó.



―Lo… siento… es que… son muy graciosos… ―señaló el pelilila aún con la risa en los labios. Shura se sobaba el cuello mientras que todo volvía a la normalidad. Saga, sintiendo el silencio incómodo que se produjo junto con el pelilila, le hizo una seña con la cabeza al nuevo integrante, informándole:

―Vamos por una cerveza al frigobar de allá…



Mu le siguió hasta uno de los sitios apartados y, a pesar de que nadie les prestaba atención, Saga le sonrió. El otro no entendía el por qué del gesto, cosa que notó el de cabellos añiles:

― ¿Y bien? ¿Qué te parece el comportamiento de tus nuevos compañeros?

―Pues… son muy divertidos, ¿No lo crees? ―una nueva expresión apareció en los labios de Saga, quien abriendo el frigobar, preguntó:

― ¿Quieres que te explique la personalidad de ellos? ―Mu asintió curioso. Saga tomó dos latas de cerveza y se la ofreció al chico diciéndole. ―Cómo pudiste ver, Shura es un aficionado a las películas pornográficas; es nombrado por los fans como “La Cabra Española” por su procedencia y signo zodiacal. Aioria es muy amigo de él por su hermano Aioros y se le conoce como “El León de la Batería”. Milo es el más cascarrabias del grupo; todo tiene que quedar tal como él lo dice… ­―caviló un instante mientras abría su cerveza. ―Es muy controlador con nosotros…

― ¿Y cómo le dicen?

― “El Escorpión Dorado”, ¡Ah! Por cierto, ―se acercó peligrosamente al oído de Mu produciéndole una ráfaga de espasmos electrificantes en su columna vertebral. ―tiene un tatuaje del mismo animal en su espalda, lo que hace que le llamen así… Death Mask es muy celoso con Aphrodite, razón por la cual Shura lo molesta cada vez que puede. Kanon es más relajado que Milo y tanto como él y yo nos llaman “Los Gemelos de la Tierra Oscura”…

― ¿Y tú cómo eres, Saga? ―Preguntó calmándose de las perturbadas sensaciones. Saga sonrió de nueva cuenta cerrando los ojos para abrirlos y mirar a su pelilila compañero:

―Soy un loco soñador… en busca de una nueva oportunidad de amar…



Inesperado. Ninguno de los dos podía creer ello. Inmediatamente, las canelas mejillas del griego se vieron teñidas de carmesí. Ya lo había decidido, no era buena idea encerrar sus sentimientos con todos los buenos recuerdos de Shaka. Sería demasiado masoquismo para él, sobre todo si su amor platónico ya estaba muerto. Si Shaka lo hubiese rechazado, tal vez la culpa no lo habría atormentado de forma cruel… pero… pero si tenía que volver a amar, lo haría con los pies en la tierra.



Para Mu, esa contestación le brindaba esperanzas. No era que quisiera olvidar el antiguo amor de Saga, mas de alguna manera paranormal, lo hacía sentirse… bien. ¿Podría intentar amar a Saga, quien apenas conocía?

Para calmar su creciente nerviosismo, abrió la cerveza y se la llevó a los labios. Sin poder evitarlo, sonrió palmeando la espada del griego:

―Eso es bueno, Saga. Dime, ¿Qué te hizo cambiar tu forma de pensar?

―Tu conversación. Me di cuenta que no vale la pena atarme a alguien que ya no está con nosotros… ―Observó el interior de su lata de cerveza y volvió a levantar la vista emocionado. ―Ahora, lo que importa es lo que viene, ¿No crees?

―Claro que sí, ¡Hay que darlo todo en la vida… y en la gira! ―exclamó el menor dándole otro trago a su bebida. Saga se acercó a su oído, por segunda vez, para susurrarle delicado:

―Si tú me apoyas, entonces no hay nada que temer…



Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y un verso hablará de ti

Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y un verso hablará de ti…



Sintió que la sangre se le subía a la cabeza y dejó de pensar por un segundo. A su vez, liberó sus sensaciones, haciéndoles recolectar cada muestra por los poros cutáneos. Intentó contenerse por un segundo, pero le fue imposible. El rostro del otro lo esperaba anhelante y no tardó en demostrar su ansiedad. Lo recibió, preparado y dispuesto a todo. Ambos temían del otro. A pesar de la ansiedad que ellos soportaban, no se atrevían a avanzar un paso más. ¿Serían capaces de demostrar sus emociones?



—Sabes… —empezó a decir algo Saga interrumpiéndose. Mu esperaba impaciente:

— ¿Sí? —las manos comenzaron a sudarle copiosamente. El gemelo continuó:

—Pues… ya sabes… si tú me apoyas, entonces no hay nada que temer…

— ¡Ah! Claro, siempre te apoyaré, Saga… eres… —calló. No pudo decir más. Algo se lo impedía, algo llamado pena.

— ¿Soy? ¿A qué te refieres, Mu? —lo instó a confesarse. Mu bajó la mirada. Temía que descubriera su secreto a través de la mirada, pero… ¿Iba a ser eso posible? Balbuceó algo más para después decir:

—Bueno, eres… eres un gran músico, Saga… vale mucho la pena que te apoye, ¿No lo crees? —suspiró. Estuvo cerca.

—Gracias, Mu…

—De nada, Saga…

— …



Silencio. El silencio incómodo se apoderó del ambiente. Había tanto que decir que no se sabía por dónde empezar: “Te amo”, “Eres lo que yo quiero para mi vida”, “Me haces falta”… y nada de eso se atrevía a salir de sus labios. Miedo, vergüenza, pena, ¿Había algo que relevara dichos sentimientos?



— ¡Ah, ya no puedo más! —gritó Saga de pronto tomándose de los cabellos. Mu lo observaba con cierto nerviosismo y sonrió divertido.

— ¿De qué, Saga?

—Ya no puedo contenerme más…

—Entiendo, pero, ¿De qué? —preguntó intrigado el pelilila.

—Sé que no debo decirlo, que soy un tonto y… tengo que soltarlo de una vez o esto me comerá las entrañas… —tomó aire profundamente para soltarlo en forma de susurro. —Me gustas, Mu…



El otro no daba crédito a lo que oía. Parecía no reaccionar, le había quitado el habla. El corazón comenzó a latir fuertemente y, debido al esfuerzo, el color se le subió al rostro. Saga creyó ser rechazado nuevamente y volteándose, se llevó ambas manos al rostro. No quería ver más su decepción ni lástima en loa ojos de Mu. Era algo que no podía soportar.



—Bueno… no sé qué decir… —respondió el pelilila sobándose la nuca. Aquello era más de lo esperado.

—Lo siento, Mu, pero tenía que decirlo… —inició diciendo Saga todavía de espaldas y de corrido. —si tú no me quieres, está bien, lo aceptaré y espero que seas muy feliz con la persona que escojas… si es que la tienes… pero si no, yo mismo le partiré la cara a ese tipo porque no puede perder algo más valioso que tú… ¡Cielos! Ya no sé qué estoy diciendo… creo que tantas dudas en mi mente me hacen decir cosas que no van al caso, pero entiende que tengo que desahogarme… esto me pasa cada vez que estoy presionado, disculpa por eso… pero es que yo…



Calló. No dijo más, aunque deseaba hacerlo. Calló al sentir la mano de Mu en el hombro dispuesto a voltearlo. Cerrando fuertemente los ojos se volteó sin encararlo todavía. La vergüenza inundaba sus pómulos y no quería mirar al ser que, supuestamente estaba delante de él. Sabía que no aguantaría un minuto más sin poder besarlo y tras la acción, Mu se le iría a golpes, sin poder detenerlos…



Tras unos segundos de incertidumbre y esperando alguna acción de parte del tibetano, se atrevió a abrir un ojo. La sorpresa le obligó a ver a Mu completamente. De pie frente a él, con los brazos cruzados y mirada divertida, esperaba a que el gemelo reaccionara. Lo único que lo consolaba era esa sonrisa débil, pero amable al mismo tiempo. El pelilila se acercó hacia Saga y lo tomó de los hombros para decirle al oído:

—No te preocupes, Saga. Ya escogí a la persona adecuada…

— ¿En serio? —musitó algo decepcionado el gemelo mayor. Mu, todavía sonriendo asintió:

—Es una persona que tiene que decir las cosas para desahogarse… una persona muy talentosa que espero que sea mi compañero de vida, más que de banda…

— ¿Y quién es?

—Tú…



Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y serás canción y un verso hablará de ti

Y serás canción, acordes, guitarras y luz

Y será canción y tu alma hoy será mi voz…



Nervioso. Movía sus dedos sobre una guitarra invisible, repasando una y otra vez los trastes perfectos. Nervioso. No podía relajarse a pesar que el gemelo mayor le aconsejaba calma. Nervioso. Por algún motivo no podía dejar de mover las manos. Nervioso. La glauca mirada del líder lo ponía en ese cruel estado de intranquilidad. Nervioso. ¿Y si todo salía mal por una mala posición de su mano? Nervioso. Cerró sus párpados para apaciguar la creciente intranquilidad. Nervioso. Trató de controlarse para no defraudar a la gente que los seguía esperanzados…



― ¡Y como todos están esperando…! ¡El grupo más importante de Europa ante sus ojos…! ¡SANCTUARY…!



Un solo coro acompañado de gritos, chiflidos y aplausos se oían tras bambalinas. Era la señal para salir a escena. Alzó los brazos levantando su inseparable guitarra y mirando al público, radiante. La piel erizada de sensaciones intensas… ¿Adrenalina, quizá? Era posible, ¿Cómo cuándo haces lo que te gusta? Probablemente sí. Los demás, sonrientes, se posicionaron en el escenario y el vocalista habló con creciente emoción contenida:

— ¡Esto es INOLVIDABLE…! ¡Gracias por estar aquí esta noche! ¡Es una emoción verlos listos para… CANTAR…! ¡Porque todos somos Canción! ¡Y SERÁS CANCIÓN…!



Inmediatamente, los teclados dieron inicio a la canción más esperada por todos los fans del grupo. Los gritos de conmoción se unieron en una sola voz al escuchar la voz del cantante entonar a la par de las guitarras y la batería. Saga movió el micrófono trasladándose al centro del escenario para arrodillarse y cantando con sentimiento. Esa canción había sido su catarsis, envuelta en sufrimiento egoísta, sin escapatoria. Ahora podía cantarla con la libertad de modular la voz, matizándola, dominándola por completo para dejar ir esas ataduras del pasado…



Terminando el primer coro, apareció Mu tocando su guitarra caminando hasta llegar a Saga y estremeciendo al público que ya lo conocía, ya enloquecido. Ambos se colocaron frente al otro y comenzaron a cantar al mismo tiempo. Los coros le hacían segundas y el bajo acompañaba como armonía las guitarras… hasta que todos se reunieron en una sola voz, un solo sentimiento, una estrofa que dedicaban al ex guitarrista:



En cada concierto, en cada canción… Siempre habrá un trocito de ti, Simón… Todos somos uno, todos somos tu voz… Que esto continúe hoy…



Death Mask ponía todo su esfuerzo, al igual que Milo, quien pareció estar más relajado y disfrutaba al máximo su concierto. Aioria sonreía golpeando la batería sin perder el ritmo, acompañando a todos. Si bien no tenía una gran voz como Saga, el acoplamiento que Mu y el gemelo mayor hacía que se emocionara demasiado. Shura amplificó su volumen en un grito agudo, dejando sacar todo el estrés del viaje. Kanon hacía piruetas con su guitarra tirándose al suelo, arrodillándose y tocando su espalda con los pies. Sin previo aviso, se lanzó al público, quien lo cachó y lo transportaba en innumerables brazos hasta una plataforma, cerca del escenario principal. Uno de los tecladistas contratados, de largo cabello aguamarina se dejaba llevar por el momento tan emotivo y sonreía pleno…



Mu decidió cantar la última estrofa junto con Saga. Había algo que lo impulsaba a seguir. Una pasión que en la voz del gemelo lo animaba haciéndolo alcanzar notas que no podía cantar. Era esa canción la que lo regeneraba, lo hacía sentir vivo y lo confortaba en una nueva esperanza… el amor verdadero de Saga… Giró su vista al dueño de sus pensamientos y le dedicó una de sus sonrisas más preciadas… definitivamente, quería estar con él… quería continuar un nuevo viaje junto a él y no daría marcha atrás. Era una decisión que había tomado desde el momento en que ambos se conocieron… fue un pacto para toda la vida…



***

— ¡Muy buena actuación muchachos!

—Gracias, Shion…



La primera fecha de la gira, todo un éxito. Los muchachos brindaban en los tarros de sus cervezas la victoria. Tanto Mu como Saga se miraban el uno al otro y se sonreían cómplices. Milo comenzaba a hacerle plática al tecladista. Shura hablaba con Aioria y Death Mask abrazaba a Aphrodite. Shion estaba más que satisfecho junto a Kanon, que revisaba el video por internet y reían por su actuación. El sonido de un bajo se oyó callando a todo el mundo y habló parándose en una de las tarimas:

—Oigan, ¡Oigan! Ya que estamos celebrando uno de nuestros éxitos en la gira…

— ¡Ya habla de una vez! —le gritó Shura de pronto y Death Mask lo miró intensamente antes de hablar:

—Bueno, ya que un enfermo sexual me lo pide, me toca dar una noticia: cuando lleguemos a París, Dite y yo vamos a casarnos…

—Ja, ja, ja, yo también tengo un anuncio que darles. —Exclamó Kanon. — ¡Salí en internet!



Todos rieron al oír a Kanon parado en la otra tarima. Death Mask era calmado por su comprometido novio. Aioria bajó a Kanon del palco y lo abrazó para ver el video y se rió cómo se revolcaba en el piso. Shion carraspeó y toda la banda guardó silencio:

—Yo también tengo una noticia que darles. Tenemos un nuevo tecladista. —hizo una seña y el chico aguamarina se acercó. —Su nombre es Camus y los apoyará en esta gira y los discos que ustedes quieran…

— ¡Sí! ¡Camus estará en la banda! —Exclamó Milo haciendo una seña positiva con la mano. Todo el mundo se extrañó de él, pues solía ser muy reservado. Shion siguió con su discurso:

—Y bueno, como el primer concierto se aceptó esta nueva etapa de Sanctuary, los productores y yo hemos decidido que tanto Mu como Camus se quedan…



Una ovación general no se hizo esperar. Milo abrazó al nuevo integrante francés de la banda, tomándolo por sorpresa. Saga sonreía como si se hubiese ganado la lotería… bueno, es que se ganó la lotería con cierto tibetano. Poco a poco se fueron quedando solos en el camerino y ambos parecían sumamente incómodos. Pero Mu sonrió y se abalanzó abrazando a Saga. Éste sonrió y lo recibió con un suave beso a la par que le correspondía. Sus labios se unían deseosos por sentirse el uno al otro. Una vez que se separaron, Mu le peguntó, aún abrazándolo:



— ¿Crees que esto sea un buen comienzo?

—Ten por seguro que sí… juntos nos haremos canción, ¿No crees?



FIN

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