domingo, 4 de septiembre de 2011

UN OJO DE LA CARA


Un Ojo de la Cara.

-¡Ya vámonos, Dite!

-¡Ya Voy! ¿Qué no puedes esperar diez insignificantes segundos?

-¿Crees que el barco podría esperar esos diez segundos? ¡Pues no!



La boda en el Santuario fue un éxito. El Patriarca del Santuario les había dado sus bendiciones, al igual que Atenea. Ahora, los dos esposos se encaminaban al inicio de la Luna de Miel. Aphrodite salió del baño igual que siempre, según Death Mask, desesperado y ya molesto por la larga espera de su esposo.



-No te retrases, Dite, o no vamos a abordar ese crucero…

-Ya lo sé, mi cangrejito, ya lo sé…



Death tomó del cuello de la camisa a Dite y lo jaló para llegar a las escaleras del crucero. El pobre de Dite era casi arrastrado por su ahora esposo y, aunque quisiera, no podía levantarse y solo le quedaba ser arrastrado. Cuando por fin llegaron a las escaleras, el capitán del crucero les dio la bienvenida:

-Bienvenidos, sean a su Luna de Miel, señores Angello y Aphrodite… espero que se sientan cómodos durante su estancia en este crucero…

-Sí, muchas gracias, capitán –respondió Death Mask y, todavía arrastrando a Dite, se dirigieron a su camarote marital.



Ya en el camarote, Dite le dijo a Death Mask bastante molesto:

-¿Ya me vas a soltar o tengo que derrotarte…

-Ah, lo siento en verdad…



 Lo soltó y Dite cayó de pompas al suelo. Sobándose todavía, se dirigió a una pequeña mesita que se encontraba en el centro de la habitación. En ella, se hallaban dos copas y una botella de champagne. La tomó y le dijo a Death:

-¿Brindamos?

-Claro que sí, pececito…



Entonces Death agitó la botella y el corcho voló por los aires chocando por las paredes hasta caer estrepitosamente en el ojo celeste de Dite. Éste, por el dolor, corría por todo el camarote en una forma muy graciosa para Death Mask.

-¡Maldito cangrejo! ¡Me las vas a pagar! ¡Mi ojo me duele bastante! ¡Argh!

-¿Qué te ocurre, amor?

-¡Mi ojo, maldito! ¡El corcho cayó en mi ojo! ¡Llama a un médico, pedazo de idiota!

-¿A un médico? ¿Por qué? –Death Mask todavía no reaccionaba. Dite lo miró con el otro ojo lleno de rencor y a Death se le erizó la nuca:

-Porque de lo contrario… ¡Voy a matarte si no haces algo!

-Enseguida regreso…



Salió del camarote y se dirigió a buscar la enfermería o a alguien que lo ayudase. Pero se detuvo a pensar cómo se vería Dite con un parche en el ojo. “Parecería un bonito pirata, ja, ja”, reaccionó al recordar la mirada de Dite y corrió lo más rápido que pudo. Si Dite cumplía su promesa, se quedaría lo más pronto posible viudo…



Camarote de Death Mask y Dite…



-Ya está listo. Te repondrás en un mes…

-Muchas gracias, Doctor… ha salvado mi vida de morir por un loco sediento de venganza…

-¡Cállate, tarado! ¡Por tu culpa, casi pierdo un ojo!

-¡Ja, ja, ja! Pero si ya parecen esposos de verdad… -opinó el médico, pero se cayó al ver la mirada de ambos. Carraspeó un poco y se atrevió a decir: no se preocupen, un minuto más y hubiera perdido su ojo…

-Ya lo sé, doctor, y mi vida también…

-Será mejor que el paciente descanse… si no lo hace, en serio podría perder el ojo en serio…



El doctor se retiró del camarote y el silencio se apoderó del ambiente. Fue entonces, para cortar el tenso ambiente, Death Mask le dijo:

-¿Y bien? ¿Quieres tomar algo de Champagne?



Dite se levantó lentamente y encendió su cosmos. La sonrisa de Death desapareció al sentir como el Cosmos se transformaba en golpes por parte de Dite. Cuando se dio cuenta el guardián de Piscis, ya lo tenía en el suelo dándole puñetazos en todo su cuerpo a la velocidad de la luz. Se calmó y se dirigió a la mesita de centro y sirvió en las dos copas para dejarle una a Death en el suelo y sorber la suya diciendo:

-Quiero brindar por nuestro agradable matrimonio… a tu salud…

-Creo que necesito un Médico… y un exorcista…

-¿Dijiste algo, cariño?

-No, nada…

-Iré por un doctor…

-Gracias, amor… -el rostro de Death se relajó y Dite se inclinó para darle un tierno beso en la golpeada mejilla susurrándole:

-…En cuanto me recupere de mi ojo…

-Qué temible eres cuando te enojas…

-Sí, lo sé… no lo vuelvas a hacer, ¿Sí? –sonrió mientras se levantaba y dejaba la copa en la mesita de centro.



En el Santuario de Atenea, La Casa de Piscis…



-Así que lo pasaron en grande, ¿Verdad?

-Sí, Shaka… -respondió Dite.

-¿Entonces qué fue lo que te pasó en el ojo?

-Solo puedo decir que fue un pequeño accidente con la Champagne…

-¿Y a ti que te pasó, Death Mask? –le preguntó esta vez Mu. Dite miró de reojo a Death y éste, al ver un pequeño brillo de odio en el ojo bueno del peliceleste, tragó saliva y respondió:

-Me caí de las escaleras… es todo…

-Pienso que los cruceros son algo peligrosos, ¿No es así, Milo? –esta vez fue Camus quien hizo el comentario, a lo que el peliazul le contestó con toda la honestidad:

-Sí, Camy… no cabe duda de que los cruceros son muy caros…

-¿Caros? ¿Por qué dices eso, Milo? –preguntó Saga, pero se adelantó su gemelo Kanon:

-Sí, porque les costó un ojo de la cara, ¿No?



Todos empezaron a reír y Dite les dijo:

-Pero no se preocupen, chicos… el médico dijo que estaré bien en 15 días… así que no es tan caro…

-Sí –acotó Death Mask y añadió –sólo tengan cuidado al abrir una botella… o si no, les costará más que un ojo… puede ser incluso su propia vida, ¿Eh?

-Death…

-¿Si, mi cielo?

-Cállate…

-¡Ja, ja! Ya parecen marido y... marido…

-Cállate, Milo… no sabes lo que tuve que pagar por ese error… casi pierdo mi vida… otra vez…

-Y no por un enemigo de Atenea, ¿Sabes? Tienes suerte…

-Sí, lo sé… ¿O no, Dite?
FIN

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