LA UNIVERSIDAD EN ATENAS. CAP. 1

LA UNIVERSIDAD EN ATENAS...

CAP. 1: ¡RUMBO A ATENAS! (PUBLICADO)

*+*Mu*+*

-Papá, tengo que hablar contigo...

En el amplio comedor de ébano se hallan sentados mis padres disfrutando de una agradable sobremesa. Yo acababa de volver de la universidad y por segunda vez en esta semana comía con ellos. Mis hermanos habían subido a realizar sus deberes del colegio. Mi padre se encontraba descansando después de un mes de investigación por Irán y Dohko preparando su nuevo libro sobre la Dinastía Tang.

En cuanto mi padre me escucha, inmediatamente deja la taza de té en el platillo  y posa su vista en mí:

- Te escucho, Mu... - Responde mi papá entrelazando sus dedos sobre la mesa y Dohko me mira fijamente.

- Recibí mis resultados de intercambio a la Universidad de Atenas, en Grecia y... me quedé, papá... – anuncio con una gran sonrisa en el rostro. ¿Cómo no iba a estarlo? Me recibieron en una universidad de gran renombre. Entonces, mi padre toma la taza de té y le da un sorbo dejándola de nueva cuenta en su platito. Me observa sin pestañear:

-Pues... felicidades, Mu... ¿quién iba a decir que el hijo de un doctor en Química Nuclear va a estudiar en la misma universidad que su padre?

- Creo que todos, Shion- contesta un hombre de morena piel y de rojizos cabellos que poseía el color de las esmeraldas en su mirar, Dohko.

- Bueno padre, tengo que trasladarme a Grecia lo más pronto posible y también...

- ¿Pero cómo te vas así, hijo? Tenemos que decirles a tus hermanos la gran noticia y celebrar tu ingreso, ¿o no, Dohko?- le pregunta a mi segundo padre. A lo que él, con los brazos entrelazados contesta:

- Dejemos que Mu decida... ¿Tú qué dices, Mu? ¿Nos harías el honor de que organicemos aunque sea una comida?

- Está bien, Dohko, pero que sea para mañana, ya que pasado me encontraré volando rumbo a Grecia... ¿sí?- decido bastante contento pues el que tu familia te festeje por algo que hiciste bien se siente genial, ¿O no?

- Entonces, tus deseos son órdenes, Mu... - finaliza mi papá, que estoy más acostumbrado a llamarle por su nombre: Shion.

***

La casa de la familia Wang es un hogar bastante tranquilo para vivir en ella. Al entrar, se encuentra el recibidor y enseguida la sala. El comedor es de un elegante color negro que contrasta con la vajilla puesta de cerámica traída desde China por Dohko. La cocina es el sueño de todo chef: absolutamente blanca. Precisamente, Dohko había cocinado, con ayuda de su hijo Shiryu, los diversos platillos que estábamos dispuestos a degustar en compañía de nuestras amistades y familiares.

En la sala se encuentran algunos invitados y mi familia, de la que estoy más orgulloso. Entre ellos está mi hermano menor, Kiki que pregunta:

-Onii san, ¿Ya no vas a volver a vernos?- dice con cierta tonalidad decaída, a lo que yo me inclino poniéndome a su nivel para tocar su pequeño hombro.

-Claro que volveré, Kiki... y los veré en vacaciones, ¿vale?- contesto con una pequeña sonrisa al miembro más pequeño de la familia.

-¡Felicidades, Mu!

Me levanto al oír una conocida voz. Viro sobre mis talones y supe quien era el dueño: mi hermano Shiryu acompañado de sus compañeros de colegio  Shun, Ikki, Hyoga y su novia Shun Rei. Cada cual lleva un regalo envuelto en papel de colores. Por lo visto son pequeños obsequios que yo gustoso recibo...

-Hola, Fujikawa Hyoga, ¿y ese milagro?- saludo al chico rubio mientras recibo un abrazo de su parte.

- Supimos que te irás a Grecia y venimos a felicitarte... te lo manda mi padre de su último viaje a Rusia... –responde mientras me da un paquete.

- Gracias, Hyoga- kun... – contesto y Shun se acerca:

- Espero, que toda la suerte del mundo te acompañe- se inclina estirando sus brazos con su regalo- esto es de parte de la familia Sakuramori...

- Gracias... – lo tomo y los deposito en la mesa de centro. Shun Rei me da un tierno beso en la mejilla y un cálido abrazo mientras dice:

-Ahora que te vas, toma este viaje como una nueva oportunidad para conocer otros países... las hice yo misma- me entrega una bolsita de celofán. Creo que son galletas.

-Valla, chicos... no me lo esperaba... pero, Ikki, ¿tú no dices nada?- pegunto a un muchachito de cabello corto y azul: Ikki Sakuramori. Apoyando su espalda contra la pared y con los brazos cruzados, gira su vista hacia mí. Se acomoda el cabello cerrando los ojos y responde:

-Sólo puedo decir que me dejarás como niñera de estos niños y como recompensa quiero que me traigas un lindo recuerdo de Atenas, ¿Sí?

Las carcajadas no se hicieron esperar, pero son interrumpidas por Dohko y Shion que anuncian:

-La mesa está servida, pasen por favor al comedor...

Cuando todos estábamos sentados, Shion se levanta de la silla con una copa de sake y pidiendo la palabra. Todos guardamos silencio y Shion carraspea:

- Bueno, para empezar mi aburrido discurso, quiero decir que me siento muy orgulloso de mis tres hijos: Kiki, Shiryu y, sobre todo, de Mu... Hijo, no te pido que me superes, como sé que todos los padres normales harían, pero en cambio, te aconsejo que cumplas todos las metas que te has propuesto a lo largo de tu vida... también te deseo que vivas feliz, a pesar de las dificultades por las que atravieses y... bueno, es tu turno, Dohko...

- En verdad, Mu, me siento halagado de tenerte como un hijo propio... además de que me hayas aceptado como otro padre, pero en fin... Mu, sabes que he viajado por toda China con el único propósito de investigar el pasado de mi país y, en esta ocasión, como un regalo de la familia Mei, recibe este libro de Cuentos chinos... Sé que a tus 20 años ya no lees ese tipo de libros, pero cuando sientas nostalgia, ojea este cuaderno... esos cuentos le gustaban mucho a Shiryu antes de dormir y...

-¡Papá! No sigas... están los demás, ¿Sabías?- interrumpe Shiryu algo apenado al oír risitas de sus compañeros, pero Dohko continúa:

- Pero te gustaban, ¿No?... Ejemn, Mu, este compendio es una recopilación de todas las historias de China, toma...

Dohko me entrega un grueso libro y se dirige a mí para darme un abrazo. Yo, emocionado se lo devuelvo e inmediatamente nos sentamos a comer. Los platillos son especialmente deliciosos, en especial los trocitos de cerdo en salsa agridulce. Los demás degustan su arroz con tanto deleite que parece que no habían probado bocado en toda la semana.

Justamente cuando terminábamos el plato fuerte, suena el teléfono de la casa. Shiryu contesta poniendo el altavoz:

-Residencia de la familia Wang...

-Buenas tardes, ¿Se encuentra Mu?

-Por supuesto, ¿De parte de quien?

- Ah, de Haninozuka Midori, por favor...

-Hola, Midori- contesto al descolgar el auricular y ella me contesta:

-Konnichiwa, Mu Sama... oye, me enteré de que mañana partes a Grecia y no me avisaste...

-Lo siento, pero es que todo fue tan repentino...

- No te preocupes, Mu... ¿Estás ocupado ahorita?

-Bueno, de hecho me están festejando por que pasé mi examen... ¿Tu dónde estás?

-Frente a tu casa...

-Enseguida te abro...

Cuelgo el teléfono y me dirijo a la puerta con la risa en la boca. Midori es muy graciosa, su simpleza hace más amena la plática y creo que esta vez no es la excepción. La conocí en la universidad. Aunque ella va en el colegio Guernica con Shun Rei, es más interesante que las chicas de mi clase. Al llegar y abrir la puerta, descubro a mi amiga con su uniforme del colegio, el cabello negro, rizado y su usual listón negro como diadema. Obviamente me da gusto verla y mi sonrisa no miente:

-Pasa, Midori-chan... -abro la puerta. Ella se inclina para quitarse los zapatos negros de piel. Como buena hija de la familia Haninozuka, saluda a todos. Prontamente, diversos grupos intercambian puntos de vista, entre ellos mis padres:

-Creo que Mu ya tiene novia... - comentaba Dohko por lo bajo, cosa que Shion contestó:

-Sí, y pensar que ayer era tan solo un curioso niño...

-No te pongas sentimental, Shion. No esperabas que naciera siendo un joven, ¿O sí?

-¿Qué tanto murmuran?- interrumpo, pues el que hablen de mí me da mucha pena y más si vaticinan mi futuro...

-Nada, hijo... por cierto, ¿Qué hacías escuchando conversaciones ajenas?- pregunta Shion en un tono serio, aunque no se lo cree.

-De hecho, te iba a pedir permiso para salir un momento... - le contesto sabiendo que me respondería:

-¿No estás disfrutando del festejo?

-Sí, pero necesito hablar con Midori... es que... no la veré por mucho tiempo... - le argumento sonrojándome, a lo que él me dice:

-Está bien, pero no tardes mucho... aún nos falta el postre...

Asiento e inmediatamente tomo a Midori del hombro que platicaba animadamente con Shun sobre la Paz Mundial. Al notar mi presencia, se despide de Shun y se ase de mi mano diciéndoles a mis padres:

-Me lo robaré un rato. Luego volvemos, con permiso...

Afuera comenzaba a anochecer, por lo que al llegar al parque nos sentamos en una banquita para mirar el ocaso...

-Así que te vas a estudiar a otro país- susurra de pronto Midori. La miro. Tiene esa mirada perdida que parecía como ausente. Contesto volteando al horizonte:

-Sí, Midori-chan...

-¿Sabías que te voy a extrañar? ¿A quién le contaré mis traumas?- su mirada extraviada desaparece y la ocupa otra más alegre.

-Podemos escribirnos por e-mail... - río suavemente al notar su humor.

-Tienes razón, - dice pasando sus brazos en su nuca y recargándose en el respaldo- al fin y al cabo, una buena amistad dura para toda la vida...

-Je y pensar que Dohko y Shion piensan que somos novios...

-Déjalos que piensen lo que quieran... son felices así...

-Sí, me alegra de que sea así...

-Bueno, siempre he pensado que por algo pasan las cosas. Por ejemplo: al principio me gustabas, pero dejé que se dieran las cosas y ahora tengo a un gran amigo- sonríe y agrega-. Recuerda siempre esto: somos como plumas en el viento... por eso te dejo ir. Algo te espera allá...

-Gracias por comprenderme, Midori... - me froto los brazos con ambas manos y agrego- vamos, comienza a hacer frío...

Nos dirigimos a casa donde nos esperaba el postre: Duraznos en Almíbar. Al término de la sobremesa y siendo las ocho de la noche se retiraron todos nuestros amigos. La última fue Midori, quien me aconsejó antes de despedirse:

-Recuerda, las cosas se dan por algo. Si algo no funciona, no es para ti y mejor déjalo ir... te veré mañana...

-Sí, gracias- dije cerrando la puerta y topándome con la verde mirada de Shiryu, que me sorprendió en ese momento:

-Valla, Midori tan alegre como siempre, ¿No?... ¿La vas a extrañar?- me preguntó divertido.

-Sí... es muy amigable...

-Oye, Mu, Shion quiere verte en el estudio... - me dijo ya con el semblante serio. Asentí dirigiéndome a la biblioteca.

Subí las escaleras alfombradas. Di vuelta a la izquierda y abrí la segunda puerta. Mi padre se encontraba al otro lado del escritorio apoyando sus codos y entrelazando sus dedos. Carraspeé para llamar la atención:

-Aquí me tienes, papá...

-Bueno, como no te veré en mucho tiempo, me di a la tarea de buscar un medio por el cual comunicarnos- se agachó y al volver a sentarse, tenía una laptop entre sus manos. La abrió y la colocó en el escritorio, junto a un chip- esta es para ti, Mu. Una vez que te encuentres en Grecia, introduce este chip en ella y así tendrás internet...

-gracias, pá... –dije tomando la laptop y agregué- no lo olvidaré...

-me alegro de que te haya gustado mi detalle, y si no te importa, debo hacer otras cosas...

-claro que no, papá... buenas noches... - me retiré cerrando la puerta tras de mí...

***

A la mañana siguiente en el aeropuerto, todos se despedían de mí abrazándome:

-Feliz viaje... -me susurró al oído Shun Rei.

-Nos veremos pronto- dijo Dohko tomándome del hombro Seguido de Shiryu:

-Adiós, hermano...

-buena suerte, mi pequeño Mu... - me abrazó mi padre y Kiki me despedía con su diminuta mano:

-Onii-chan, Sayonara...

-Bueno, -me alentó Midori- es hora de marchar... ¡No olvides escribirme!

-No lo haré... – le contesté y oí el destino del próximo avión: el mío -bueno, es la hora... los veré en vacaciones...

Me dirigí a mi próximo destino dispuesto a enfrentar los obstáculos y adversidades. Usaría como herramientas los consejos que me dio Midori. Yo, Mu Wang, debía forjar mi propia historia...

CONTINUARÁ...