miércoles, 27 de julio de 2011

HASTA QUE TU MUERTE NOS SEPARE

Hasta que tu muerte nos separe.



Grupo: Mägo De Oz.



Disco: Jesús de Chamberí.



Tan sólo quiero que mi voz



Te desespere y robe la razón



Y llorando que te abraces



A tus miedos, corazón.








Ese día, Angello Andreotti había perdido la razón de su vida. Había sido rechazado por aquel hermoso chico que le había robado el corazón. Estaba en su cuarto acostado sobre la cama individual totalmente deprimido. No podía pensar nada más que el horroroso incidente que vivió horas atrás…








-No… no quiero tener nada que ver contigo… Angello…








Las palabras resonaban en su pensamiento una y otra vez. No dejaba de sollozar por esa cruel tortura que el amor le había jugado. Se agarraba la cabeza y se jalaba de los cabellos desesperado tratando de olvidar. Pero no podía. Por más que lo intentaba, no podía. Poco a poco se iba quedando dormido pese a que no desaparecía de su mente ese recuerdo tan doloroso…








Espero el día "muñequita linda"



En que tu herida sea tan fuerte



Que bañándote en recuerdos,



Sólo te bese el alcohol.








Se levantó de su cama totalmente enojado. Durante la noche no había dejado de pensar en Dite. Sus sueños lo llevaban hacia él. Se dirigió al Colegio de un mal humor. Se había decidido: Iba a hacerle pagar caro lo que él sufrió. Solo así pudo contentarse un poco con esa descabellada idea. Se dirigió rápidamente al salón de clases y se encontró con aquel ser que había roto en mil pedazos su corazón.








Pero en vez de llorar y entristecerse, optó por sonreír cínicamente y evadir olímpicamente a Dite. Éste se quedó con la boca abierta y ni siquiera tuvo tiempo de decirle “Buenos Días, Angello”. El chico se dio la media vuelta y se quedó mirando a Angello, quien sacaba sus cosas para la clase. Fue hasta la banca del italiano y le preguntó extrañado:








-¿Te sientes bien, Andreotti?



-De maravilla, Aphrodite… me he quitado un gran peso de encima… nada más imagínate, tendría que darte regalos e invitarte a salir… ¿Te imaginas cuánto me hubiera costado? Mucho dinero, supongo, y sobre todo con esos gustos tan caros que tienes…



-Eres malo, Andreotti…








Se dirigió a su pupitre triste, mientras que Angello reía sádicamente para después susurrar:








-Esto es tan solo el inicio, Aphrodite…








Y verás tu linda cara



Frente al espejo demacrada



Y el dolor será tu amor



Masturbando tu mirada.



Tan sólo quiero verte llorar



He mandado a la muerte a buscar



Tan sólo quiero oírte gritar



En el infierno te he de encontrar.








Saliendo de clases, Angello guardó sus cosas del Colegio y se dirigió a la tumba de sus difuntos padres. Y pensar que lo habían dejado solo con una fortuna casi invaluable y una vida desecha. Eso era lo único que jamás les perdonaría. Caminaba entre las tumbas hasta que se encontró con un mausoleo de mármol. Se acercó hasta él y, de la nada, salió una niña de su interior. Su aspecto era, a primera vista, aterrador. Portaba un colgante en forma de corazón, pero éste cuarteado. Vestía una túnica ajustada negra y su cabello era de un blanco impecable. En sus ojos destellaba una luz roja y su boca torcida reflejaba la maldad de su alma.








-Bienvenido a mi morada, Angello Andreotti…



-¿Cómo es que sabes mi nombre? –respondió extrañado mientras se quitaba la mochila del Colegio.



-Pues yo lo sé con solo mirarte… también sé que deseas cobrar venganza por un amor mal correspondido… -la niña se acercó un poco más hasta llegar a su rostro –si quieres, yo te puedo ayudar…



-¿Tú? ¿En qué me ayudarías, niña? ¿Y cuál es tu nombre?



-Soy Leviatán de la Orden de la Mosca… de la Corte infernal… para servir a las almas abandonadas por Dios… así que, ¿Deseas que te ayude, Angello Di La Morte?



-¿Por qué me llamas así?








Tan sólo quiero que tu alma



No vuelva a ver la luz del sol



Y que llores sangre y miedo



Y que pagues, corazón.








-Tú eres uno de los ángeles caídos que se alojaron en la Tierra para contribuir al dominio de mi amo…



-¿Yo? Bueno, como sea, ¿En qué forma podrías ayudarme?



-Muy sencillo. A que ese ingrato se enamore de ti y así podrías tomar venganza… ¿Qué dices? ¿Aceptas?



-Pero todo tiene un precio, ¿Cuál es el tuyo?



-Después te lo haré saber… así que, ¿Te aliarás a mí? –le extendió su blanca mano y, sonriendo, Angello respondió:








-Todo sea por el odio… -estrechó su mano y apareció a su alrededor una luz carmesí que lo cegó todo.








Fue entonces que en su mano derecha se formaba un anillo negro y sentía como una energía recorría su cuerpo y lo llenaba de vitalidad. Retiró la mano y la niña le dijo:








-Verás entonces como tu vida cambiará en un giro de trescientos sesenta grados… espera a saber qué es lo que pasa…








Y desplegando sus alas, voló lejos de la vista del italiano, dejándolo totalmente desquiciado de la dicha. Caminó hacia la salida olvidándose de sus padres y dirigiéndose a su casa esperando el día siguiente…








Intentaré pisar tu orgullo



Tantas veces como pueda



Hasta que mi odio te parezca



Aire para respirar.








Al día siguiente, Angello se dirigía al Colegio pero se encontró a Dite en las escaleras. Se quedó parado frente a las escaleras y en cuanto lo vio acercarse, Dite se levantó y le dijo:



-Buenos días, Angello…



-Ah, sí, hola, estorbo…



-¿Por qué me dices así si yo te quiero tanto, Angello?



-Ja, ¿Tú quererme? Estás loco… jamás voy a andar con alguien como tu… solo mírate… eres un harapo viviente…



-¿Pero por qué me dices así, Angello?-respondió Dite llorando. Angello trató de ignorarlo, pero Dite lo tomaba del hombro. Se sacudió y se alejó de él:



-Porque se me da la gana… ya no me molestes…








 Se dirigió al salón y al llegar, Dite se fue bastante triste a su lugar. Angello sonrió. Jamás en la vida se había sentido tan feliz por una venganza. Era el inicio y lo sabía a la perfección. Y fue entonces que elaboró un plan que le haría más dichoso todavía. Lo quería ver muerto, muerto en un féretro, muerto tres metros bajo tierra. No lo soportaba y eso le enojaba demasiado… el plan maquilaba en su mente cual si fuera un telar formando de innumerables hebras su máxima creación. Susurró observando a Dite:



-Estaremos juntos en el odio… hasta que tu muerte nos separe… Aphrodite…








Y verás tu linda cara



Frente al espejo demacrada



Y el dolor será tu amor



Masturbando tu mirada.



Tan sólo quiero verte llorar



He mandado a la muerte a buscar



Tan sólo quiero oírte gritar



En el infierno te he de encontrar.








Una vez más, la campana había anunciado el fin de las clases. Angello había recogido sus cosas y se dirigía a la entrada. Fue cuando vio que Dite estaba en compañía de Shura, Camus y Saga riéndose. ¿Acaso se estaban burlando de él? Puso cara de enojado y siguió avanzando. Dite volteó un segundo y descubrió su rostro. Ignoró a sus amigos y fue directo a donde estaba Angello. Lo llamó alzando la mano y corriendo tras él. Angello se detuvo y le plantó cara:



-¿Qué quieres, engendro?



-Solo vine para ver si estabas bien… Angello…



-Pues no. No estoy bien…



-¿Y eso por qué? –Angello lo sostuvo de los hombros fuertemente y su fría mirada se fijó en los celestes orbes del peliazul:



-Porque te vi platicando con los otros… recuérdalo, Aphrodite… eres mío y de nadie más, ¿Entendiste?



-¿Por fin has aceptado mi amor por ti? –Lo abrazó y Angello levantó la mirada hastiado -¡Qué bien, Angello! ¡Hasta que se me hizo ser tu novio!



-Escúchame… no quiero que te juntes con nadie… si por algún motivo me entero de lo contrario, doy por terminada la relación ¿Entendiste?



-Sí, Angello…








Fue que el inicio de su plan había resultado un éxito. Y debido al júbilo del momento, Angello ultrajó con su envenenada lengua los delicados labios de Dite. Lo besó con violencia mordiendo y sangrando el borde inferior. Lamió con rencor el líquido escarlata que corría libremente y comenzaba a desbordarse. Sonrió dejando ver la mirada de odio que le tenía y siguió su camino, mientras que Dite se apartó de sus amigos, emocionado volviendo a su casa…








Con este anillo te desposo



Hasta que tu muerte nos separe



Es tan fina la barrera



Entre el odio y el amor.








Al día siguiente, Angello volvía de la escuela rumbo a su casa, pero una silueta espía lo detuvo. Se quedó parado y, mirando de reojo dijo:



-Quien sea que esté ahí, salga o no respondo por su vida…








Fue entonces que la silueta se transformó en un hermoso joven de cabellos celestes: Dite. Se acercó a Angello con timidez y éste lo señaló amenazante:



-No te vuelvas a acercar de ese modo, estúpido…



-¿Adónde vas, Angello? –parecía no haber oído el insulto por parte del italiano y sonrió un poco. Angello fruñó el entrecejo y con mala gana respondió:



-Eso no te importa… además, ¿Qué haces tú aquí?



-Voy al cementerio para ver a mis padres muertos… ¿Sabes? Ellos fallecieron cuando era muy pequeño…



-Debió ser tu culpa el que murieran… de otra forma, no se hubieran ido…



-No digas eso… ellos tuvieron un accidente en la carretera…



-Pero tú fuiste culpable… De todos modos, te acompañaré a ver a mis padres…








Los dos se juntaron para caminar al cementerio. Angello tenía un plan que debía ejecutar en ese lugar, pero Dite no se daba cuenta de ello. El amor lo había dejado completamente sin visión alguna. Solo veía al amor de su vida y era todo. No le importaba lo que pasaría con su persona, solo si Angello estaba bien y feliz. Podía pasar encima de él con tal de verlo sonreír.








Llegaron al cementerio y Dite se dispuso a buscar la tumba de sus padres. Encontró un mausoleo de mármol el cual abrió con la llave hallada en su cuello. Se acercaron más y Dite habló hacia la tumba:



-Hola, papá… ¿Cómo has estado? … espero que bien… yo he estado en la escuela estudiando muy duro… seguro te preguntarás quién es este muchacho que también te visita… el es Angello Andreotti, mi novio… pónganse felices como yo… por fin he encontrado el amor…








Se acercó hasta donde estaba Angello y lo abrazó fuertemente. Angello permanecía frío. Debía tener la cabeza fría para hacer lo que venía…








-Aphrodite, quiero pedirte algo aquí, frente a la tumba de ellos…



-Dime, Angello, ¿Qué es lo que tienes que pedirme?








Angello se arrodilló lastimosamente, sacó del bolsillo de su pantalón una cajita. La abrió y sacó un anillo. Sonrió macabramente y se la ofreció a Dite diciendo:



-¿Quieres casarte conmigo, Aphrodite?



-Claro que sí, Angello…








Fue entonces que le puso el anillo en el dedo anular y, como fuera un pacto de muerte, lo besó como quien se aferra a una venganza. Una imagen, a lo lejos, reía estrepitosamente mientras que desplegaba sus alas y desaparecía del gris horizonte…








Lamerás tu cuerpo desnudo



Con ginebra en un portal



Mendigando un poco de amor



Las ratas te acariciarán.








-¿Y te vas a casar con él? –se sorprendió Mu al saber la noticia que su amigo le daba. Alzó los ojos y le dijo serio:



-¿Y ya lo pensaste, Dite?



-Por supuesto que sí… y claro que me casaré… es el amor de mi vida…



-Sí, pero… aún eres muy joven para decir eso… recuerda que sólo tienes 22 años…



-Ya lo sé, Shaka… por eso lo digo.



-Y supongo que nos invitarás a la boda, ¿Verdad? –aseguró Saga quien abrazaba a Mu.



-Claro, solo que… no hemos fijado la fecha de la boda… se lo voy a preguntar más tarde, cuando lo vea, ¿Sí?



-Está bien… -respondieron al unísono.








En cuanto respondieron, se oyó el sonido de una llave y, a continuación, apareció Angello en la entrada de la estancia de Dite. En cuanto lo vieron, se levantaron y Shaka le dijo:



-¡Felicidades, Death Mask!



-¿Y por qué, Shaka?



-Es claro que por su compromiso… -Respondió Saga todavía abrazando a Mu y añadió –nosotros también tenemos planeado casarnos, pero no hemos dicho cuándo…



-Así que ya saben de nuestro compromiso…



-Sí, pero, ¿Ya lo pensaron bien? –acotó Mu preocupado, a lo que Angello contestó enojado:



-¿Crees qué no lo pensé antes de darle el anillo de compromiso, idiota?



-Bueno, ya nos vamos… que se la sigan pasando bien…








Todos los amigos se retiraron y en cuanto la puerta se cerró, Angello tomó del brazo a Dite y lo jaló hacia él:



-¡¿Qué crees que haces con esos tipos, Dite?



-Nada. Solo vinieron a saludarme… es todo, amor…



-Ya te lo había dicho: no quiero que les hables más… pero creo que no entiendes… me parece que tendremos que adelantar la boda…



-¿Cómo? –preguntó un asombrado Dite.



-Sí, la boda será dentro de una semana y sólo estaremos nosotros…



-Pero Saga y los demás me dijeron que los invitáramos…



-Pues no será así. Vete acostumbrando, ¿Quieres?



-Está bien, Angello… se hará lo que tú digas…








Y verás tu linda cara



Frente al espejo demacrada



Y el dolor será tu amor



Masturbando tu mirada.



Tan sólo quiero verte llorar



He mandado a la muerte a buscar



Tan sólo quiero oírte gritar



En el infierno te he de encontrar.








El día de la boda, Angello estaba feliz. Era el momento de consumar su venganza y eso lo llenaba de dicha. En cambio, Dite se encontraba sumamente nervioso. No hallaba la hora para ser el esposo de Angello. Algo le decía que no lo hiciera, pero ese corazón tan puro le ordenaba lo contrario. Tenía muchas dudas respecto al comportamiento tan extraño de Angello, aunque eso no le disminuía amarlo con ciega devoción.








-Debe ser por la emoción… -se dijo mientras acomodaba su corbata enfrente del espejo.



-No es la emoción, querido… es sólo que el Angello Di La Morte está jugando contigo…








Dite volteó a ver quién era y descubrió a una mujer con un vestido rojo entallado sonriéndole. Dite se dirigió a la mujer y su expresión en el rostro cambió de felicidad a preocupación. Se llevó las manos a la corbata y le dijo:



-Eso no es verdad… Angello me ama demasiado para no hacer eso…



-Ja, ¿Eso crees tú? Hizo un pacto conmigo de que si te tenía, me daría lo que yo quisiese… y ahora –se acercaba con pasos provocativos y acomodaba la corbata de Dite –me va a dar lo que quiero…



-¿Y qué es lo que quieres de él exactamente?



-Ya lo verás, niño…








La misteriosa mujer tomó con ambas manos el rostro desencajado del peli celeste y posó sus rojos labios en los de él. Introdujo su lengua y la movió en círculos. Después mordió la comisura y en cuanto una gota de sangre cayó al piso, desapareció. Fue entonces cuando Dite despertó extrañado y se dirigió a la capilla.








Ahí estaba esperándolo Angello en compañía de un hombre de larga capucha negra y en cuanto Dite se puso a su lado, comenzó a hablar en un dialecto que el suizo no conocía. Tocó el turno a Angello de entregarle el anillo y viceversa. Una vez tomados de la mano, el hombre de la capucha les pidió que se dieran un beso. Los dos unieron sus labios y dio fin la ceremonia. En cuanto todo terminó, Dite jaló a Death de la mano y lo llevó a un cuarto ya preparado con velas y una cama matrimonial.








Dite se acostó en el rojo edredón y asió a Angello a tomarlo. Entre besos de lujuria y pasión, fueron despojándose de sus ropas y antes del momento más esperado, Dite tomó unas tijeras y se las encajó en la espalda. Debido al dolor, Angello se encogió haciendo caer a su ahora esposo. Éste, de una forma inexplicable, sonreía malignamente y reía estrepitosamente, mientras Angello se retorcía del dolor:



-Tú conmigo no juegas… es hora de que pagues por todo lo que has hecho…



-¿Por qué… hiciste eso, Aphrodite?



-Ja, no me hubiera imaginado que harías un pacto con un demonio para obtener mi amor… eres tan estúpido…








De pronto, la misteriosa mujer se desprendió del cuerpo de Dite que entró en un estado de inconsciencia. Por su parte, Angello trataba de quitarse las tijeras de su espalda, pero fueron arrancadas por la mujer. Sonrió al ver derramar sangre en la espalda y dijo:



-Este es mi pago: Tu vida, Angello Di La Morte…








Y dicho esto, lo apuñaló hasta desangrarlo totalmente. Se llevó las manos manchadas del carmesí líquido al rostro dejando una espeluznante marca. Volteó a ver el cuerpo desmayado de Dite y lo cargó fácilmente abrazándolo:



-Pequeño, Aphrodite… tus padres me enviaron del infierno para protegerte… lamento tanto el que hayas sufrido… ahora, mi paga está completa… -Voltea a donde está el cuerpo inerte de Death Mask y toma su mano en donde se encuentra el negro anillo –has cumplido, Angello Di La Morte… no cabe duda que estuvimos juntos Hasta que tu Muerte nos Separó…








Un Año después…








-¿Y Death Mask te trata bien?



-Sí, es un amor, Camus…



-Pero hay una cosa que no entiendo… ¿Cómo es posible que no recuerdes tu noche de bodas?



-Pues no la recuerdo… pero debió ser linda… -se oyó que la puerta se abría -¡Ah! Ya llegó mi lindo Angello…








En la entrada de la estancia apareció Angello con un ramo de rosas. Dite lo abrazó y besó. Angello le ofreció el ramo y el peli celeste las aceptó gustoso. Después saludó a Camus y éste, extrañado le preguntó:



-¿Es cierto que ustedes la pasaron bien en la noche de bodas?



-Por supuesto… siempre haré feliz a Dite…



-Has cambiado…



-¿Tú crees? Puede ser el que tenga a Dite a mi lado…



-Bueno, eso lo cambia todo…



-Voy al baño. Regreso enseguida…








Al llegar al baño, Angello se lavó la cara quitándose los restos de sudor que el Sol ocasionó. Se miró al espejo y sonrió. En el reflejo se distinguía la figura de una niña con el cabello blanco y la mirada rojiza que igualmente sonreía. Se oyeron unos toquidos en la puerta y una voz la hicieron desaparecer para suplir el reflejo de Angello:



-Amor, ya está lista la comida…



-Enseguida voy, cariño…



-Te esperamos, Angello…








De nueva cuenta sonrió a su reflejo y se miró el dorado anillo que ahora se tornaba oscuro. Murmuró:



-Ya voy… hasta que tu muerte nos separe, ¿O no, Dite?


FIN

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